Differences between democrats and republicans

domingo, 28 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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by SCD

There are many differences but not everyone knows them

In the U.S. there are about 206 million people that could vote. All of them may not, but if you are one of them, maybe reading this article will help you choose who to vote for. This is an unbiased article to help some decide. Some candidates may change their view on a specific party's usual standpoint on an issue. However this article shows what the presidential party's usual standpoint is.
First the main thing is:



* Democrat- Liberal- Wants to change.
* Republican- Conservative- Follows established tradition more often.



Here are some common issues:



Military

* Democrat- Would like to decrease military spending, and strengthen organizations like NATO and the UN.
* Republican- Would rather have a strong military.

Gun Control

* Democrat- More gun laws are needed.
* Republican- Against new gun laws.

Gay Rights

* Democrat- Usually for gay rights and sees it as OK for some to be with who they choose.
* Republican- Usually hold the view that marriage should be between a man and a woman.

Minimum Wage

* Democrat- Believes a living wage above the poverty line should be given.
* Republican- Believe that free market should determine wages.

Death Penalty

* Democrat- Does not believe a live should be taken as punishment.
* Republican- The death penalty can be necessary.

Taxes

* Democrat- The most taxes should go to those with the most money.
* Republican- Believes that taxes should stay low to benefit the economy and believes in tax cuts.

Flag Burning

* Democrat- It should be allowed due to freedom of speech.
* Republican- Should not be allowed as that is not what the constitution intended.

Abortion

* Democrat- It should be the woman's choice.
* Republican- The government should protect the unborn child's life.

McCain y la estadidad

sábado, 27 de septiembre de 2008 by R@S - 4 Comments

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MAURICE A. FERRE
Ex alcalde de Miami


En mi previo artículo expliqué mi antipatía a continuar con la política funesta del presidente George W. Bush por cuatro años más. Son los mismos. Los cabilderos republicanos, actuales dirigentes de la campaña McCain, Rick Davis, su socio empresarial Charlie Black y los múltiples discípulos de Karl Rove (el autor de la campaña Bush) regresarán a ser cabilderos después del 4 de noviembre o, peor, participarán en el gobierno de McCain. Es ingenuo pensar que el autodesignado ''desregulador mayor'' de Washington, después del desastre financiero mayor de EEUU en 79 años, ahora se convierta en el regulador del despilfarro rampante de Wall Street y de K Street (Washington). McCain auspició el odioso Military Commissions Act of 2006, del que el Tribunal Supremo de EEUU falló en contra por violar uno de los derechos civiles fundamentales de la nación, el de derecho de habeas corpus.

George W. Bush y John McCain hasta la semana pasada repetían continuamente: ''La economía de EEUU es sana y firme''. Esta es la misma frase que le trajo infamia al no ingenuo presidente republicano de 1929, Herbert Clark Hoover. Pero John McCain y la plataforma republicana son mucho más favorables a la causa estadista para Puerto Rico, causa de mi interés. Aquí estriba el conflicto de mi voto.

Como Barack Obama es político de Chicago, entendí por qué se dejaba guiar en temas puertorriqueños por el congresista Luis Gutiérrez (D. Chicago). La carta que Obama le escribió en enero al gobernador Aníbal Acevedo Vilá (hoy encausado por 24 delitos federales) le costó la elección primaria presidencial en Puerto Rico el 1 de junio, en donde Hillary Clinton sacó el 70% de los votos. Pero ahora no hay excusa, ya la campaña Obama sabe quién es Gutiérrez y quién es Aníbal Acevedo Vilá. Ahora el voto puertorriqueño tiene importancia sólo en Florida. En Nueva York, Illinois y los otros estados en donde residen los puertorriqueños, otra vez votarán demócrata y los votos puertorriqueños no serán decisivos. En Florida sí.

En Florida hay casi 300,000 votantes puertorriqueños, más de la mitad están en el corredor de la I-4 y el resto en el sur del estado. En el 2000, y más en el 2004, Karl Rove y los republicanos trabajaron arduamente estos votos. En inglés se llama esta táctica política micro targeting. Especialmente buscaron los republicanos los más de 100,000 votantes puertorriqueños evangélicos. Increíblemente George W. Bush logró el 62% de los votantes evangélicos puertorriqueños de Florida en el 2004. Bush ganó Florida en el 2000 y en el 2004 por 381,000 votos. Por eso McCain se presentó la semana pasada en la Asociación Borinqueña de Orlando.

Mi buen amigo Carlos Chardón, ex secretario de Educación de Puerto Rico, ex ayudante político de mi tío Luis A. Ferré y hoy director ejecutivo del Partido Republicano de Puerto Rico, dice que más hará McCain por la estadidad de Puerto Rico que Obama. Yo rechazaba esta propuesta de Chardón. Ya no.

Hace varios días el congresista Luis Gutiérrez respondió a las declaraciones del senador McCain en Orlando. Nos dice el congresista boricua de Chicago que lo que les interesa a los puertorriqueños son los programas de ayuda federal. En cuanto al status político de Puerto Rico, dice Gutiérrez que Obama va a oír a todos, incluyendo al gobierno de la isla, la comunidad civil y a los congresistas, para decidir el status político de Puerto Rico, respetando siempre la libre determinación. Esto sigue la carta escrita por Obama a Aníbal Acevedo Vilá a finales de enero pasado, redactada por Gutiérrez, y lo que dice la plataforma del 2008 del Partido Demócrata, también aprobada por Gutiérrez e impuesta por la campaña Obama en la Plataforma Demócrata del 2008.

La semana antepasada la campaña latina de Obama anunció el comité asesor latino. Entre los asesores, por supuesto, están los ex secretarios de Clinton Henry Cisneros, Bill Richardson y Federico Peña. El único cubano nombrado fue el ex embajador Luis Lauredo y cuatro puertorriqueños. De los cuatro boricuas, por supuesto está el congresista Luis Gutiérrez. Los otros tres puertorriqueños, igual que Gutiérrez, son acérrimos opositores de la estadidad para Puerto Rico.

Distinto a Nueva York y Chicago, la mayoría de los puertorriqueños aquí en Florida, igual que sus hermanos en la isla, favorecen la estadidad federada para Puerto Rico. La campaña de Obama está muy bien documentada. Ellos saben las preferencias de todos por las encuestas y los focus groups. ¿Por qué insisten los de Obama en esta torpeza antiestadista? ¿Y así será la recepción de los estadistas en la Casa Blanca de Obama?

Las únicas conclusiones son ideológicas y políticas. Igual que en las primarias puertorriqueñas, los dirigentes de Obama no creen que necesiten los votos puertorriqueños estadistas de Florida. Le va a pasar en Florida a Obama con el voto puertorriqueño igual a lo que le pasó en la isla. Como dijo Albert Einstein ''la definición de la locura es repetir el mismo error y esperar resultados diferentes''. Los votos estadistas puertorriqueños son esenciales para una victoria de Obama en Florida. Y Florida en el 2008, igual que en el 2000, podría decidir la elección presidencial.

De mi parte, por más que quiera la estadidad para mi querido Puerto Rico, no me queda otra opción que votar en contra de los republicanos. ¿De qué valdrá la estadidad de Puerto Rico en la Unión si EEUU está económica y moralmente a pique? Este país no aguantará cuatro años más de la continua mala administración republicana y lo que es peor, del abandono a los verdaderos valores históricos del viejo Partido Republicano y, diría, hasta de los valores de los fundadores de la república.

No, Puerto Rico tendrá que esperar por su estadidad. Este 4 de noviembre yo voy a votar en contra del continuismo republicano y a favor del cambio necesario para EEUU que traerán los demócratas en la Casa Blanca.

Rompe récord la deuda pública, el ELA en la bancarrota

jueves, 25 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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El Nuevo Dia
Por Joanisabel González



En los pasados ocho años, Puerto Rico ha tomado prestado más dinero en el mercado de bonos que la deuda que emitió en el último cuarto del siglo 20.

Sin haber concluido la primera década de esta centuria, la deuda del país ha crecido como la espuma. Ha crecido tanto y tan rápido, que el Gobierno, literalmente, ha duplicado sus niveles de deuda en relación al crecimiento del producto nacional bruto (PNB).

También, ha aumentado la cantidad de dinero no recurrente para cuadrar el presupuesto, lo que coloca el déficit estructural de la Isla en los $1,633 millones, según datos analizados por el Centro para la Nueva Economía (CNE).

En términos simples, de acuerdo con Sergio Marxuach, director de Política Pública del CNE, no importa desde qué ángulo se analicen los números del Gobierno, el cuadro fiscal de la Isla va de mal en peor.

Y con ello, la posibilidad de que los ciudadanos reciban más y mejores servicios a cambio del pago de contribuciones continúa en descenso.

Sin ánimo de incidir en la vertiente electoral, el CNE, divulgó ayer su más reciente análisis en torno a las finanzas del país y al hacerlo, reconoció que se ha reducido el crecimiento del gasto público.

Empero, el organismo gestor de política pública entiende que los esfuerzos para poner en cintura las finanzas del Estado no son suficientes, por lo cual, el director ejecutivo del CNE, Miguel A. Soto-Class, indicó que es tiempo de exigir que se cambie el proceso de toma de decisiones en materia fiscal.

“Básicamente, estamos nadando en tinta roja”, agrega por su parte Marxuach, indicando que la emisión de deuda y manejo presupuestario que ha prevalecido “es simplemente insostenible”. Entre los años 2000 al 2008, la deuda pública, incluyendo las corporaciones, aumentó 9.54%. Mientras, el PNB creció a razón de 4.89% en el mismo período. (Ver gráfica).

Visto desde otro ángulo, al cierre del año fiscal 2008, la deuda pública debió situarse en $49,368 millones, cifra que en un solo año, representa un alza de 15.3% con relación al año fiscal 2007.

En cambio, cuando se analiza el PNB, la riqueza del país, en términos nominales, se colocó en $60,690 millones, para registrar un alza de 3.37% con relación al año anterior y de $4.89% con relación al 2000. O sea, en apenas un año fiscal, la deuda creció cinco veces por encima del producto nacional.

Si bien la capacidad que tiene el Estado para pagar la deuda a los bonistas no se puso en duda a la luz de la disposición constitucional, los recursos que tiene el Estado para proveer sus servicios a la ciudadanía continúan en picada.

Crece el déficit estructural
El análisis del CNE reafirma el ya reconocido déficit de $1,067 millones en el Fondo General. Sin embargo, cuando se analizan los números en el contexto de ingresos y gastos recurrentes, la brecha deficitaria se amplía.

Marxuach indica que para el año fiscal 2008, los gastos recurrentes totalizaron $9,539 millones. Mientras, los recursos del Estado alcanzaron $8,995 millones. De esta cifra, sólo $7,905 millones corresponden a ingresos recurrentes.

El Gobierno zanjó la brecha con una contribución especial por parte de las corporaciones foráneas controladas, con fondos del Fideicomiso del Niño e incluso con el Fondo de Emergencia, que en los pasados años fiscales, no ha recibido ni un centavo adicional.

Así las cosas, el déficit estructural aumenta a $1,633 millones.

Los números parecen abstractos, pero cobran vida en los reportes de este diario acerca de la falta de pago a suplidores por parte del Gobierno, y en la lentitud con que se otorgaron las ayudas a los damnificados por las lluvias del fin de semana.

También cobrarán vida cuando la siguiente administración de gobierno tenga que lidiar con una insuficiencia de efectivo que, de acuerdo con el prospecto de la emisión de bonos más reciente se ubica en $1,258 millones.

De acuerdo con el CNE, no es tiempo de lamentación.

“No es hora de tener miedo, es hora de actuar y cada cual puede hacer algo”, indica Soto-Class. Reitera, entre otras cosas, que es tiempo de efectuar una verdadera reforma fiscal y buscar eficiencias en el aparato público. “El Puerto Rico que queremos requiere de nuevas organizaciones y de nuevas agencias de gobierno”, agrega. De lo contrario, Puerto Rico seguirá siendo la jurisdicción más endeudada con la clasificación crediticia más baja de todos Estados Unidos.

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Ley Jones y Ley 600 (Download en Formato GIF)

martes, 23 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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Primer gabinete administrativo bajo la Ley Jones. De izquierda: A. Ruiz Soler (salud), José E. Benedicto (tesorero), Ramón Siaca Pacheco(secretaría), Hon. Arthur Yager (gobernador, 1914-1921), Paul G. Miller (educación), Manuel Camuñas (empleo y agricultura), Salvador Mestre (fiscalia general), Guillermo Estévez (interior), Jesse W. Bonner (auditor) y Pedro L. Rodríguez (secretario a la Gobernación).
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En marzo 2, 1917, el presidente Woodrow Wilson firmó la Ley Jones-Shafroth. Esta le concedió la ciudadanía Americana a los Puertorriqueños. La Ley Jones separó las ramas ejecutivas, judiciales, y legislativas del gobierno de Puerto Rico, concediéndole derechos civiles a sus individuos, y creando una legislatura bicameral localmente elegida. Las dos cámaras eran de un senado que consistía de 19 miembros y una cámara de representantes con 39 miembros. Sin embargo, el gobernador y el presidente de los Estados Unidos tenían la poder de vetar cualquier ley aprobada por la legislatura. También, el congreso de Estados Unidos tenía el poder de detener cualquier acción tomada por la legislatura en Puerto Rico. Los EE.UU. mantenía control sobre asuntos fiscales y económicos y ejercitaban autoridad sobre los servicios de correo, inmigración, defensa y otras asuntos gubernamentales básicos.

Estado federado y soberano

lunes, 22 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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Hernán Padilla

Tomar prestado para pagar nómina y suplidores confirma el descalabro económico del ELA. Resulta oportuno examinar la futura Constitución del Estado Federado Soberano de Puerto Rico.

“Consideramos factores determinantes en nuestra vida, la ciudadanía de los Estados Unidos de América”, “la lealtad a los postulados de la Constitución federal” y “la convivencia en Puerto Rico de las dos grandes culturas del hemisferio americano”. “Todos los funcionarios y empleados del estado de Puerto Rico, sus agencias, instrumentalidades y subdivisiones políticas prestarán, antes de asumir las funciones de sus cargos, juramento de fidelidad a la Constitución de los Estados Unidos de América y a la Constitución y las leyes del Estado de Puerto Rico”.

Los líderes y defensores del “Commonwealth” no pueden oponerse a una expresión de lealtad a la Constitución y a la nación americana. Ni pueden oponerse a la convivencia plena en Puerto Rico de la cultura americana y la cultura puertorriqueña.

No pueden, porque esos pasajes son expresiones de la Constitución de Puerto Rico según la propuso la Convención Constituyente, y la aprobó el Congreso y el presidente de los Estados Unidos en el 1952. “La Constitución de los Estados Unidos de América y de los otros 48 estados fueron los modelos para la Constitución actual de Puerto Rico”. (Carmen Ramos Santiago)

La Constitución americana, en su primer artículo establece que “todos los poderes legislativos otorgados en la presente Constitución corresponderán a un Congreso de los Estados Unidos, que se compondrá de un Senado y una Cámara de Representantes. Puerto Rico tendrá derecho a elegir dos senadores y seis congresistas, más que 24 estados.

El Artículo II define el poder ejecutivo del presidente de los Estados Unidos que será elegido por el colegio electoral. Puerto Rico tendrá ocho delegados. Sólo 24 estados tendrían más votos que Puerto Rico.

La Primera Sección del Artículo III deposita el poder judicial de los Estados Unidos en el Tribunal Supremo y en los tribunales de primera instancia que el Congreso establezca. El Tribunal Supremo federal es el protector de los ciudadanos puertorriqueños. El Poder Judicial resolvió que Puerto Rico es un territorio no incorporado y, como tal, los isleños son pupilos del Congreso de los Estados Unidos.

La Tercera Sección del Artículo IV establece que el Congreso podrá admitir nuevos estados a la unión. Vamos a exigir al Congreso que ordene un plebiscito final que tome en cuenta la voluntad del pueblo de Puerto Rico y acelere el proceso para que los puertorriqueños expresen su voluntad en contra de la colonia, en contra de la república y a favor de la admisión como estado federado.

El Artículo VI expresa que esta constitución y las leyes de los Estados serán la suprema ley del país. Cuando Puerto Rico sea admitido a la federación se convocará una convención constituyente para proponer la Constitución del estado de Puerto Rico en busca de la soberanía del estado federado.

La Décima Enmienda garantiza que “los poderes que la Constitución no delega a los Estados Unidos ni prohíbe a los estados, quedan reservados a los estados respectivamente o al pueblo”. Aquí surge la soberanía de cada estado. Este es el meollo jurídico constitucional de la fórmula federativa nacional.

El estado de Puerto Rico tendrá todos los poderes que hoy en día aparecen en la Constitución actual: Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, Tribunal Supremo, el sistema de justicia, derecho a organizaciones laborales, protección de todo trabajador, crear municipios, imponer y cobrar contribuciones, emitir bonos y un sistema electoral.

Tendrá los poderes que tienen otros estados: crear departamentos, agencias y corporaciones públicas; gerencia pública, hacienda, desarrollo urbano, administrar el sistema educativo, salud, servicios sociales, protección al ambiente, agua, suelo, energía, acueductos y alcantarillados, carreteras, promoción y defensa de la cultura y todas las actividades para el disfrute de la vida, como el deporte, la recreación y el arte, desarrollo económico, agricultura, industrias, comercio, turismo, transportación, banca y seguros, cooperativismo, pensiones y relaciones federales entre otras. La estadidad garantiza autonomía local, los poderes de la soberanía estatal, igualdad en la ciudadanía, progreso económico, la estabilidad de la unión permanente y devuelve la dignidad al pueblo de Puerto Rico poniéndole fin a la centenaria colonia.

Obama, Palin y Puerto Rico

jueves, 18 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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Por Ricardo Rosselló, Ph.D.

En la superficie hay diferencias marcadas. El es afroamericano. Ella, una mujer. Representan distintas visiones; él es liberal y progresista, ella conservadora y tradicional. Vienen de partidos opositores; él demócrata, ella republicana. El es un orador de calibre mundial, ella una comunicadora de discurso sencillo y directo.

El un organizador comunitario con experiencia exclusivamente legislativa, ella una "hockey mom" con experiencia ejecutiva.
La elección presidencial de este año asegura un desenlace histórico al momento de juramentar el próximo presidente de los Estados Unidos en el mes de enero. Bien ganen los demócratas o los republicanos, la nación más poderosa del mundo marcará un nuevo hito en su existencia como joven república nacida en el 1776.

En los primeros días del año que viene, va a instalarse en la Casa Blanca o el primer presidente afro-americano, Barack Obama, o la primera mujer vicepresidente, Sarah Palin. Es decir, ya está prácticamente asegurado que el, o la, representante de una de las dos minorías más marginadas en la historia de los Estados Unidos finalmente llegará a ocupar uno de los dos puestos de mayor rango en el gobierno americano.

La trascendencia histórica de este hecho no deja de asombrar a muchos y alegrar a tantos más. El portaestandarte de la libertad y la democracia en el mundo empieza a dar las señales de una madurez política real y muy esperada por años en la Nación y en la comunidad global. Finalmente se ve en los Estados Unidos esa apertura, esa bienvenida y disposición sincera de romper barreras de género y raza para hacer valer la voz y el voto de todos sus ciudadanos por igual.

Presento esto, y entiendo que debe repetirse tantas veces como sea necesario, porque esa gran democracia americana que conocemos hoy, la que permite la participación ciudadana sin importar género, raza, nivel social ni país de procedencia, no siempre fue así. El presidente George Washington fue electo por el voto de sólo los terratenientes blancos de su época.

Los trabajadores, los esclavos y las mujeres no podían votar. Luego de años de lucha, estos grupos fueron logrando representación en las urnas. Primero entraron al ruedo electoral los trabajadores blancos que no poseían propiedad. Luego, en el 1865, con su emancipación, los esclavos empezaron a votar, pero por los próximos 100 años, los distritos electorales a nivel estatal y local inventaban todo tipo de artimaña para denegarles el voto. No fue hasta el 1965, con el Acta de los Derechos Civiles firmada por el presidente Lyndon Johnson, que se hizo ilegal oficialmente la denegación del voto por motivos de raza. Y, por su parte, las mujeres americanas no lograron el sufragio hasta el 1920, hace apenas 88 años.

De ahí cobra mayor relevancia el hecho de que el gobierno estadounidense vaya a cambiar de la manera tan significativa que lo hará en enero. Hace escasamente 30 años, ninguno de los dos candidatos que buscan ocupar los más altos escaños del gobierno americano hubiese podido soñar que llegaría una elección como la de este año.

Y si vamos a sólo unos 50 años atrás, un candidato de Hawai (Obama) y una candidata de Alaska (Palin) tampoco hubiesen tenido oportunidad alguna en el gobierno, porque ambos territorios fueron los últimos en unirse a la Nación como estados un año después, en el 1959. Este mensaje para los puertorriqueños es poderoso: el resultado de estas elecciones habrá de resumir el espíritu de inclusión de las minorías en el proceso político, aun cuando se trata de las posiciones de mayor poder y envergadura.

Este progreso político que estamos viendo hoy en el ámbito americano es muy real y positivo. Tenemos dos caras nuevas, jóvenes, con gran ímpetu, deseosas de ver a la Nación encaminada hacia un futuro próspero. Y ambos traen al ruedo público una perspectiva muy sincera de lo que significa superarse en la vida y llegar tan lejos como uno se lo proponga, sin importar el trasfondo social que uno pueda tener.

Además, ambos vienen de los dos estados más nuevos de la Nación, los dos estados más distantes físicamente del continente y los dos estados con la variedad étnica, social, lingüística y climática más diversa del país. Esto implica que Washington recibirá en enero una infusión de sangre nueva, de ideas distintas, progresistas y de planes innovadores, abiertos a explorar nuevos horizontes.

Para nuestra Isla, la lección histórica que estamos presenciando hoy es patente. Llevamos 110 años bajo la bandera americana y 91 años como ciudadanos de la Nación. En todo este tiempo, se nos ha hecho creer que nunca lograremos la participación ciudadana plena que nos corresponde dentro de nuestros derechos civiles como miembros de la Unión. Nos hemos encerrado en una burbuja de discriminación e inferioridad política y social casi autoinfligida, que pensamos nunca podrá romperse.

Sin embargo, los hechos actuales apuntan a otra realidad. El siglo 21 se pinta prometedor, y tenemos a la mano la oportunidad dorada para lograr finalmente nuestros derechos plenos como ciudadanos de la Nación. En estos próximos cuatro años, con él, o la, representante de una de las dos minorías más marginadas en la historia de los Estados Unidos finalmente instalado(a) en la Casa Blanca, Washington viene obligado a prestar particular atención a los derechos civiles de todos sus ciudadanos, incluyendo a aquéllos en los territorios de Guam, las Islas Vírgenes y Puerto Rico —territorios que todavía hoy viven las mismas experiencias que en un momento vivieron Hawai y Alaska—.

Por eso ya no podrá haber más excusas. Ya no existirá razón, premisa, ni vergüenza alguna para seguir denegando los derechos civiles a plenitud de ningún ciudadano americano que viva bajo la bandera americana. Si los puertorriqueños queremos hacer valer finalmente esa ciudadanía americana que se nos otorgó en el 1917, el momento de actuar es ahora. Llegó el momento de reclamar nuestro derecho al voto federal y a la representación plena en el gobierno que dicta nuestros destinos.

Hillary Clinton, durante su histórica campaña primarista, decía que "siempre veo a padres con sus hijas pequeñas al hombro, señalándome; diciéndoles a ellas, ¿'lo ves?, si te lo propones, puedes ser lo que quieras… ¡hasta presidenta de los Estados Unidos!'". La campaña Barack Obama está utilizando un mensaje similar con niños afroamericanos.

Si nos lo proponemos, si luchamos contra la injusticia de la colonia-territorial, y finalmente reclamamos nuestros derechos plenos, preveo que algún día veremos padres orgullosos con hijos nacidos en Puerto Rico diciendo lo mismo; llevándoles ese mismo mensaje de oportunidad, de inclusión y de participación plena.

Por demostrar que hay oportunidad y por abrir el camino a futuras generaciones de puertorriqueños… Gracias Hillary; gracias Barack; gracias Sarah.

Puerto Rico, Another Lone Star State?

miércoles, 17 de septiembre de 2008 by R@S - Leave a comment

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by COHA Senior Research Fellow Juan Carlos Toledano, Ph.D


(H.R. 900, The Puerto Rico Democracy Act of 2007 proposes that the island decides between statehood or independence in a plebiscite that must take place no later than December 31, 2009)

In April 1991, Governor Rafael Hernández Colón made Spanish the sole official language of Puerto Rico. Despite the U.S. status of being a country with no official language, the Act of 1902 made English an official language on the island. This act had the formal effect of eradicating any trace of a Spanish colonial legacy and initiated the dominance of Anglo-Saxon culture. Yet, a century later, the main lingua franca on the island was still incontestably Spanish, and the vibrancy of its usage is for many Puerto Ricans proof of the unquenchable nature of their unique identity. Accordingly, Hernández Colón declared on April 5, 1991, “With this [his signature to the bill], we reaffirm the country´s will to exist. We declare our mother tongue to be our most precious sign of identity. We project our potential, discovering ourselves inside ourselves, wanting to be ourselves, fighting against being someone else. With the strength which comes down to us from the most intimate part of our ego, we are preparing to act in history. Through this great exercise of our will, we are protecting the rich heritage of the generations which preceded us, the generations which blended Indian, African and Spanish in that special way which makes a Puerto-Rican.”

Hernández´s message was directed to two obvious audiences; on one side was the US, its colonial master since 1898, who scarcely took notice of it, and on the other, the Hispanic world of which Puerto Rico has never ceased to be part. While Washington tended to see the act as nationalistic and provocative, Spain was so excited that the Madrid government awarded the prestigious Príncipe de Asturias Award for Letter to the “Puerto Rican People” that same year.
This accomplishment —which was undermined two years later with the reestablishment of English as co-official with Spanish—can be seen as a significant example of the day-to-day tension that exists within the island in its quest for of identity and in the elusive process of decolonization from the mammoth mainland presence. While in the letter of acceptance for the Spanish award, Hernández Colón praised the United States for allowing the island to maintain its Spanish heritage, the letter also stated, “Our relationship with the United States of America is based on mutual respect and on each other’s freedom to be oneself.”

It is a fact that Puerto Rico has never been an independent country. Existing as part of the Spanish colonial empire until 1898, the island had only lived an agonizingly short and ill-fated moment of self-government in 1898, when the Carta de Autonomía of 1897 finally allowed the island to become more autonomous than the desire alternative –being a “province” of Spain. The Carta gave enough legal autonomy to decide on international affairs, hold elections for a bicameral assembly, as well as to send sixteen elected deputies and three senators to represent Puerto Rico in the Spanish Cortes (Parliament). Unfortunately for its timing, the Assembly of Puerto Rico, and the government of Luis Muñoz Rivera were established in March, only five months before the July US invasion of the island, as part of the 1898 Spanish-American war. In spite of this interruption, this short experience with autonomy provided Puerto Ricans with a taste of self-governance and allowed them to believe that American liberation would respect, at least, the already achieved level of self-determination, and bring them a step closer to real independence.
The new dominance of the U.S. on the island and the hope that the history of its democratic values would be reflected in the new realities to be faced by the island under U.S. rule, soon overshadowed the Carta de Autonomía of 1897, despite the fact that the Puerto Rican political elite had tenaciously fought for it since 1867. However, after the Treaty of Paris of 1898 was signed, the island remained under U.S. military rule for two years. Later, in 1900, the US approved the Foraker Act, which basically legalized a new colonial status for Puerto Rico. This measure specifically made no allowances for islanders to elect their own governor, cabinet or even Supreme Court judges, with all of them to be appointed by the president of the U.S. The island would be permitted to have a resident commissioner in Washington, but with no vote. After much political maneuvering, Muñoz Rivera became the resident commissioner and was able to gain Puerto Ricans both US citizenship, and the right to elect a bicameral government with the passing of the Jones Act of 1917. However, these new U.S. citizens were not fully protected under the Constitution and could not, for example, vote for the president of the U.S. Under this new status quo, Puerto Ricans became de facto second-class U.S. citizens.

Puerto Ricans had to wait until 1950 for the approval of Public Law 600 which granted them the right to author their own constitution, with the years that followed witnessing the island becoming what today is known as Estado Libre Asociado (ELA) or “Commonwealth”. Yet, the limitations of this new level of political autonomy have made some Puerto Ricans invoke the memory of the Carta de Autonomía. In 1997 Alexis O. Tirado Rivera published in El Nuevo Impacto newspaper “La Carta de Autonómica de 1897: A cien años” (The Autonomous Act of 1897. A Hundred Years Later”) where he concluded that with the Carta Puerto Rico “…gained wider political and economical freedoms. Today we must remember that deed to help us define the aspiration of the majority of the people of the country.”

Although it is impossible to know what the Carta would eventually have meant for the future of Puerto Rico, the truth is that the ELA has allowed its people to vote on their destiny on three occasions: 1967, 1993 and 1998. On all of these, Puerto Ricans have supported the Commonwealth status quo. Furthermore, the independence option has never received even 5% of the vote.

If plebiscites are reasonable indicators of a people’s will, Puerto Ricans are quite comfortable being part of the US, even under non-statehood status. It would seem as if, given the chance, Puerto Ricans would maintain this arrangement indefinitely. However, H.R. 900, The Puerto Rico Democracy Act of 2007, can change all this, finally making the island decide between statehood or independence by plebiscite that must take place no later than December 31, 2009. The bill, although scheduled to be considered by the House as a whole, has yet to be formally discussed.

Therefore, Puerto Ricans are about to face what may be their last chance to determine their future. Will a territory that has never been recognized as an independent nation, but has held strong nationalistic feelings since the nineteenth century, choose independence? Is statehood the only reasonable path to both maintain the fiscal and non-financial benefits of belonging to the most powerful country on the globe while still bearing its own flag, as Texans do? Could Puerto Rico decide that, despite the almost one hundred years of US citizenship, it is better to be free and independent than maintaining what many consider a privileged relationship? We need to take note that today Puerto Rico is an island with a population divided into backing one of the two competing political almost equal size, and a very small pro-independence party. Puerto Ricans have held U.S. citizenship since 1917, and they now can vote in U.S. presidential primaries, but not in the general election for president. Although still bearing their own Olympic flag, Puerto Ricans are so abundant in New York that they have their own ethnic name, nuyoricans, and the population residing on the U.S. mainland is so large that it now outnumbers the Puerto Rican population on the island itself. What is more, the growth rate of Puerto Ricans in the U.S. is also much higher than on the island, making the present numerical gap widen in favor of those born and raised on the U.S. mainland, a group which may feel ultimately more attach to the U.S. than the island. This situation not only divides the population physically, but also tears at their hearts, minds, and pockets, making the status quo the easiest method of dealing with these divides. Although each case of national self-realization differs, we have witnessed in recent European conflicts how pro-independence movements can be conditioned by cultural and economic ties that surpass nationalism, breaking down otherwise peaceful societies.

In the final words of his acceptance speech at the 1991 Príncipe de Asturias Award, Hernández Colón, while pressing the U.S. to adopt an explicitly multilingual and multicultural policy, stated that Puerto Rico’s current status is the right option for the island’s ultimate self-realization. He highlighted the thesis that “Puerto Rico had the foresight to neither become federated nor separate from the United States. In order to shed its colonial status, Puerto Rico created its own self-governing political space, the Free Associated State, which provides the strength of political and economic union but also allows for the vigor of its own separate cultural identity.”

If HR 900 is finally approved, we will be at the doors of the final chapter of the decolonization of Puerto Rico, La Isla del Encanto.

We the people

lunes, 15 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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No va a caer nieve

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Hernán Padilla


Cuando Puerto Rico se integre como estado soberano a la federación de estados de Estados Unidos, no seremos los únicos 4 millones de hispanos en la nación. Compartiremos nuestra cultura y nuestro idioma con 41 millones de hispanos que definen la característica multicultural de la nación americana. Los hispanos son la minoría más grande de la nación americana con 45.5 millones de ciudadanos en julio de 2007.

La estadidad, como consecuencia lógica del crecimiento hispano en los Estados Unidos, no implica perder nuestra identidad puertorriqueña. Datos de la Oficina del Censo revelan que los hispanos son el grupo étnico o “minoría” más grande de la nación, 15% de la población total, y el grupo minoritario más grande en veinte estados.

El Departamento de Comercio federal, con el objetivo de celebrar el mes de la hispanidad, apunta que una de cada dos personas que se han sumado a la población entre julio del 2006 a julio del 2007, es de origen hispano. El crecimiento de 1.4 millones de hispanos en un año los sitúan como el grupo minoritario de mayor crecimiento en la nación.

Estados Unidos tiene más gente de origen hispano que cualquier nación en el mundo, menos México. Más que los 40 millones en España. Se proyecta que para el 2050 la población hispana será de 102.6 millones, más del 24% de la población total en Estados Unidos.

Treinta y cuatro millones de residentes mayores de cinco años hablan español en sus hogares, pero han aprendido inglés y se desenvuelven normalmente en sus trabajos y la comunidad. Aunque no todos han logrado fluidez en el segundo idioma, reconocen que aprender inglés es necesario y natural para todos los ciudadanos americanos. El inglés es el idioma oficial en más de 50 países, en las Olimpiadas y en el comercio internacional.

La edad promedio de la población hispana es de 27.6 años, mucho más joven que el promedio nacional de 36.6 años. Jóvenes que llegaron en busca de libertad y oportunidades económicas quieren ser americanos, juran defender la Constitución, pero mantienen sus raíces culturales.

La población hispana ha aprovechado las oportunidades económicas. Más de 1.6 millones de negocios pertenecen a dueños hispanos El número de éstos ha tenido un crecimiento de más de 31% entre el 1997 y 2002. Esos negocios generaban más de $222,000 millones de ingresos. Hay 82,000 hispanos que son ejecutivos, 46,200 médicos y cirujanos, 53,600 maestros de escuela secundaria, 43,000 abogados y 5,700 analistas de noticias, periodistas y corresponsales.

En New Jersey, el programa de las 6 p.m. de la estación hispana, WXTV, tiene más popularidad entre la audiencia más joven de 49 años que ABC, CBS y NBC. En Los Angeles, KMEX tiene más televidentes en todas las categorías que las estaciones tradicionales en inglés.

Los 4 millones de puertorriqueños que residen en los 50 estados de la unión constituyen el 9% de todos los hispanos y el 16% si se cuenta la población en la Isla. Hay más puertorriqueños en Orlando y en Nueva York que en cualquier ciudad de Puerto Rico.

Las garantías constitucionales, los derechos individuales, las libertades civiles, el progreso, la prosperidad y las oportunidades de crecimiento personal y colectivo son el sueño de millones de personas que quisieran ser americanos. La Primera y la Decimocuarta Enmienda de la Constitución americana, y el “Voting Rights Act” ofrecen protección igual de las leyes a las minorías lingüísticas en los Estados Unidos, incluyendo a Puerto Rico.

Es un derecho aprender inglés y es una obligación ofrecer programas educativos para aprenderlo. Ser bilingüe es un rasgo positivo. Saber inglés en la isla es beneficioso para el turismo, negocios, comunicaciones internacionales, trabajos y publicaciones científicas, nueva tecnología y enriquecimiento cultural.

Los puertorriqueños que hablan inglés, no han dejado de ser puertorriqueños, como tampoco dejarán de serlo los cuatro millones que viven en la isla por ser bilingües. La nación a la cual queremos integrarnos con dignidad y soberanía plena como estado soberano federado es multicultural y multiétnica. Cuando Puerto Rico sea estado federado, no va a caer nieve. Seremos puertorriqueños y ciudadanos americanos.

padillahf@aol.com

PPD construye la republica popular.

jueves, 11 de septiembre de 2008 by R@S - Leave a comment

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EL VOCERO
11 de septiembre de 2008

El Partido Popular Democrático (PPD) está plenamente confiado en que Estados Unidos accederá a desembolsar $140,000 millones en fondos por adelantado, a pesar de que no existen compromisos con el Gobierno federal de que semejante desembolso sería posible.

El alcalde de Caguas, William Miranda Marín, encargado de crear y defender la plataforma del PPD, insistió en que Estados Unidos accederá porque Puerto Rico dejaría de depender económicamente de Estados Unidos en 25 años.

¿Por qué Estados Unidos accedería adelantar miles de millones a un país que, cabe recordar, está marcado por los casos de corrupción?

“Entendemos que van a acceder porque para Estados Unidos es un buen negocio”, dijo el Alcalde ayer. “El fondo va a ser administrado por funcionarios de alta categoría del Gobierno federal, tres de Puerto Rico y dos ciudadanos. Estados Unidos gana porque en 25 años no tiene que enviar más dinero a Puerto Rico”.

La propuesta está incluida en la plataforma económica del PPD. Se trata de solicitar a Estados Unidos $140,000 millones que ahora se dan anualmente en forma de donativos. Con este dinero, que representa el 25% de los fondos federales que ahora recibe Puerto Rico, se guardarían en el ‘Fideicomiso para Autosuficiencia de Puerto Rico”.

Miranda Marín explicó ayer que este dinero sería invertido y produciría $14,000 millones anuales.
“Vas a tener un país más autosuficiente, que en un espacio de tiempo no va a necesitar más de estas ayudas”, sentenció.

Según lo propone el PPD, los $14,000 millones anuales que producirían estos fondos se usarían a su vez para fomentar empresarios en la Isla y la creación de empleos. Pero para esto sólo se usarán $1,500 millones anuales. La tajada más grande —$6,000 millones anuales— iría a cubrir los programas que actualmente se pagan con fondos federales.

Otros $3,500 millones se usarán para proteger el principal del fideicomiso por efectos de inflación y los restantes $3,000 millones se usarán para financiar “el desarrollo de la nueva plataforma económica que demanda el siglo 21 para Puerto Rico”.

“Honradamente, lo que veo en la plataforma del PNP es un catálogo de promesas, no veo que sea un proyecto para cambiar el país”, dijo el Alcalde.

Gobierno en english please!

martes, 2 de septiembre de 2008 by R@S - 2 Comments

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El Nuevo Dia
Por José A. Delgado

MINNEAPOLIS – Un día después de aprobarse un programa de gobierno republicano que promuve el inglés como idioma oficial de Estados Unidos, el gobernador de Dakota del Sur, Mike Rounds, expresó que ese es uno de los retos que tiene la propuesta de convertir a Puerto Rico en un estado federado.

Al asistir hoy a la reunión desayuno de la delegación de Puerto Rico que participa en la convención presidencial republicana, Rounds dijo que está a favor de que Puerto Rico sea un estado más de la Unión norteamericana.

Pero, advirtió que la visión estadounidense, como indica el programa de gobierno republicano, va dirigida a crear uniformidad en el idioma en que funciona el Gobierno.

¿Cómo atemperar que Puerto Rico, con dos idiomas oficiales, haga la transición entonces hacia la estadidad?

"Esa es una decisión que Puerto Rico tiene que tomar individualmente. Personalmente, pienso que es importante tener un idioma oficialmente, lo que no significa que una persona no pueda hablar múltiples idiomas. Pienso que los funcionarios electos de Puerto Rico nos deberán decir cómo van a manejar esto y qué esperan de nosotros (si la Isla se convirtiera en un estado). Pero, es importante que haya un idioma común en Estados Unidos", indicó Rounds.

Rounds piensa, sin embargo, que las complicaciones en torno al idioma no deben detener el movimiento a favor de la estadidad.

Para el Gobernador de Dakota del Sur, sin embargo, es significativo que en Puerto Rico haya un movimiento con fuerza para integrar totalmente la Isla a Estados Unidos.

"En tantas partes del mundo Estados Unidos no se percibe bien. Y tener a (sectores del) territorio de Puerto Rico diciendo que no sólo somos parte de Estados Unidos ahora, sino que queremos serlo permanentemente es refrescante", dijo Rounds.

Junto a Rounds, los delegados a la convención presidencial republicana recibieron hoy también a un viejo amigo: el ex asesor republicano del Comité de Recursos, Manase Mansur.

Mansur y Amata también se expresaron a favor de la estadidad.

El comisionado residente en Washington, Luis Fortuño, por su parte, se expresó satisfecho con el lenguaje del programa de gobierno republicano que, además, apoya la estadidad para Puerto Rico, si los electores de la Isla la solicitan.

"Me parece que es un lenguaje extraordinario", dijo Fortuño, en la reunión del día de la delegación de Puerto Rico que participa de la convención presidencial republicana.

También respalda que una futura consulta sobre el status esté reglamentada por el Gobierno federal, como sugiere el Partido Nuevo Progresista (PNP). Y apoya revisar "la elegibilidad de los territorios y los estados" al Seguro Social Suplementario y otros programas federales".

Enfocados los republicanos en el status de la Isla

lunes, 1 de septiembre de 2008 by R@S - 1 Comment

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El Nuevo Dia
José A. Delgado

El texto, aprobado la semana pasada en el Comité de Programa, insiste en que Puerto Rico debe seleccionar su status entre alternativas “permanentes y no territoriales”, lo que se interpreta como un rechazo a que el actual Estado Libre Asociado sea una opción de futuro.

También reconoce que Puerto Rico debe ser admitido como un estado, cuando sus electores así lo determinen.

El lenguaje sostiene, a su vez, que “el Congreso tiene la autoridad final para definir las alternativas constitucionalmente válidas” para la Isla.

No hay una referencia directa, sin embargo, a los informes sobre el futuro político que fueron adoptados por un grupo interagencial de la Casa Blanca, que recibieron el apoyo del ahora candidato presidencial republicano John McCain.