El caso de Puerto Rico
jueves, 7 de mayo de 2009 by R@S
(www.cubanet.org)
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba - El gobierno de Cuba en su incesante política propagandística, no deja de repetir su farisaico apoyo al derecho de la autodeterminación de los pueblos. Sus palabras difieren bastante de los hechos. Cuando el pueblo de Kosovok con más del 90,0% de población albanesa, después de tantos abusos, quiso separarse de Serbia y la comunidad internacional lo apoyó, para las autoridades cubanas esto fue una interferencia en los asuntos internos serbios.
Pero al tratarse de Puerto Rico, donde la inmensa mayoría de la población ha votado reiteradamente por mantener un status de relaciones especiales con Estados Unidos, y las distintas facciones independentistas sumadas no alcanzan ni el 4,0% de los votos en varias votaciones, las autoridades cubanas aducen una supuesta interferencia norteamericana en la autodeterminación del pueblo borinqueño, y por consecuencia procuran llevar el asunto a discusión en las Naciones Unidas.
Asimismo ocultan elementos decisivos sobre Puerto Rico al pueblo cubano, mediante una falsa propaganda sobre la existencia de un estado colonial, pues son los propios puertorriqueños quienes desean el status actual. Incluso un porcentaje crecientemente alto, se pronuncia por la conversión de la Isla en otro estado norteamericano, lo cual está por definirse y dependerá también de la decisión de Estados Unidos.
Al mismo tiempo que se escamotean al pueblo cubano los verdaderos deseos de los puertorriqueños, también se le oculta sus innegables avances. En 2006 tenían un PIB per cápita de 19 mil 100 dólares, el más alto de América Latina; el país que más se le acerca es Chile con 13 mil 030 dólares, calculados por la revista The Economist, a paridad de poder adquisitivo.
Asimismo, la Isla del Encanto, con un área de algo más de 9,0 miles de kms. cuadrados, menos que varias provincias cubanas, también posee índices de desarrollo social entre los mejores de América Latina. La esperanza de vida es de cerca de 80 años- superior al índice cubano- con 82,7 para las mujeres. Para tener una idea de la diferencia en cuanto al PIB por habitante, el de Cuba se sitúa en 3 mil 900 dólares anuales, o sea casi 5 veces menos que el de Puerto Rico. En cuanto a Nicaragua, la situación es mucho peor, pues sólo llega a 2 mil 700 dólares al año, lo que parece se le olvidó citar al Presidente Daniel Ortega en su parcializado y aburrido discurso pronunciado en la V Cumbre de las Américas de Trinidad y Tobago.
Indudablemente, los independentistas tienen todo el derecho de brindar y defender sus puntos de vistas. En la práctica lo hacen sin cortapisa alguna en su isla y fuera de ella, sin el peligro de recibir 28 años de cárcel como sucede en Cuba a quien expresa sus ideas y aspira a vivir en un país democrático y con respeto a los derechos humanos.
El caso del status legal de Puerto Rico no es único en el mundo. En nuestro continente existen otros territorios donde los ciudadanos prefieren tener vínculos especiales con sus antiguas metrópolis, y que se sepa el gobierno cubano no los hostiga, ni promueve a los opositores políticos de esos lugares.
Entonces, por qué esa obsesión con un tema que sólo compete a los puertorriqueños. Por otra parte, es inmoral que se pretenda seguir engañando a la población cubana, dando versiones unilaterales y engañosas sobre la realidad en esa Isla hermana.